"San Jorge y el dragón" de Paolo Uccello |
Junto
con otros muchos lugares, como Inglaterra, Portugal, Hungría o Georgia, la
ciudad de Cáceres y Catalunya, en su conjunto, comparten el mismo patronazgo: el
San Jorge cacereño y el Sant Jordi catalán. Ambos derivan de las múltiples
leyendas e historias construidas en torno a la figura de Jorge de Capadocia, un
tribuno militar y consejero de Diocleciano, cuya muerte por su adscripción
cristiana se sitúa en el 23 de abril de 303. Su popularización por toda Europa
se atribuye a la “Leyenda Aurea”, libro del siglo XIII en el que Jacobo de Vorágine, arzobispo de
Génova, reunió historias y leyendas sobre 180 santos y mártires de la
cristiandad.
Ciertamente
el mito prevalece sobre la veracidad histórica, tanto en el caso catalán como
en el cacereño.
Sant Jordi
Sant
Jordi es patrón de Catalunya, según diversas fuentes, desde 1456, aunque con
anterioridad ya estaba muy arraigada su tradición. Una de las versiones de la
leyenda catalana se sitúa en la localidad tarraconense de Montblanc, en la que
se repite el argumento de un dragón que atemorizaba a la localidad, del que fueron
librados por un caballero vestido de blanco sobre un caballo de igual color:
Sant Jordi. De la sangre derramada por la bestia surgió un rosal de rosas rojas,
una de las cuales fue entregada por el caballero a la princesa que acababa de
salvar.
Alrededor
de esta historia, y en un proceso de sincretismo que ha incorporado también
tradiciones romanas como las ofrendas florales de la primavera, se ha construido
la tradición del Día de Sant Jordi. En esa jornada, que curiosamente no es
festiva, pero que se vive y trabaja en un ambiente totalmente festivo, se unen
amor, literatura y reivindicación. Pueblos y ciudades engalanan sus balcones
con la senyera, la cuatribarrada
bandera catalán. Miles de puestos ocupan calles, plazas y avenidas para vender
rosas, símbolo del amor, adornadas con espigas, símbolo de la fertilidad. Y
además los libreros de todos los rincones salen a las calles, montan sus paradas,
y hacen que la literatura esté más presente que nunca en la vida de los
ciudadanos.
Sant
Jordi forma parte de esos imborrables recuerdos infantiles, cuando a finales de
los años sesenta del siglo pasado, en mi pueblo, en Premià de Mar, se montaba
la pequeña Fira del Llibre. Era de
las pocas oportunidades que uno tenía de ver una más o menos amplia muestra de
libros escritos en catalán. Y entre las adquisiciones no faltaron, por supuesto,
varios cuentos troquelados de historias de En
Patufet, el equivalente en Catalunya de personajes como Pulgarcito o
Garbancito.
Hoy
en día la Fira del Llibre ha
alcanzado una gran magnitud, sobre todo en la ciudad de Barcelona, siendo la
presencia de escritores y la firma de libros uno de los principales atractivos
para el gran público. Sólo a modo de ejemplo adjunto el enlace para poder ver
la lista de autores que está previsto que participen en firmas de libros en
diversos puntos de Catalunya.
Desde
que vivo en Extremadura he procurado permanecer fiel a la tradición de regalar
la rosa para el Día de Sant Jordi. Inicialmente a mi mujer, y hoy en día
también a mi hija. Con el paso de los años he podido comprobar cómo esta
costumbre se ha ido expandiendo también aquí, y no es extraño ver ese día a
bastantes personas adquiriendo la tradicional rosa roja en las floristerías.
San Jorge
Cartel anunciador de la festividad cacereña |
Y
situados ya en Extremadura, hay que referirse al San Jorge cacereño, una
festividad patronal que en las dos últimas décadas ha ido cogiendo más vuelo,
con un programa de actividades que ha ido calando en la población.
La
leyenda cacereña se sitúa en los tiempos del sitio de la ciudad por parte de
las huestes cristianas del rey Alfonso IX, en 1229. Cuenta la misma que el
enamoramiento entre la bella hija del kaid
de la ciudad y un capitán cristiano, tuvo como resultado la posibilidad de
franquear las murallas a través de pasadizos subterráneos, la víspera del 23 de
abril. Con ello los asaltantes consiguieron hacerse con el dominio de la ciudad
y se decidió que San Jorge, considerado máximo protector de los ejércitos de la
Cristiandad, fuera el patrón de Cáceres.
En
los dos años que viví en la ciudad, entre 1987 y 1989, no recuerdo que se
realizasen actividades especialmente significativas para la celebración. Sin embargo,
como ya he dicho, desde entonces hasta la actualidad, ha ido transformándose,
popularizándose y ganando peso en el calendario festivo de Cáceres.
El
punto álgido de un extenso programa de actividades,
es el desfile de San Jorge y el Dragón, que el domingo 22 de abril recorre
buena parte de Cáceres, desde la barriada de Moctezuma, hasta la Plaza Mayor,
en la que se produce su quema. Este año la compañía teatral Teatrapo es la encargada de organizar
la cabalgata, mientras que la compañía cacereña de danza Karlik será la que posteriormente haga una recreación de la leyenda
de San Jorge.
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