jueves, 24 de mayo de 2012

Juancho Pérez, un campeón del mundo que intenta que el balonmano extremeño sobreviva a nivel nacional


Juan Pérez Márquez, Juancho Pérez para el mundo del balonmano, es uno de los deportistas extremeños más ilustres de la historia. A sus 38 años, este badajocense puede lucir entre sus galardones la medalla de oro del Mundial de Túnez de 2005, las medallas de bronce de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y Sidney 2000, o el máximo reconocimiento que concede la comunidad autónoma extremeña, la Medalla de Extremadura, que recibió en 1996. Ahora, desde la presidencia del Club Balonmano Escubal de Badajoz, sigue empeñado en su objetivo de conseguir que el balonmano de nivel arraigue en la región.

En un partido con la selección española
Juancho Pérez estuvo ligado durante dos temporadas a la disciplina del F.C.Barcelona, durante las temporadas 1994/95 y 1995/96. En ese lapso de tiempo su currículo se engrosó con una Liga Asobal, una Copa de Europa, una Recopa de Europa y dos Copas Asobal.
¿Cómo recuerdas aquellos dos años en F.C.Barcelona?
Yo estuve dos temporadas en el Barça. Llegué con 20 años y salí con 22. Fueron dos años duros por la dinámica del equipo, el vestuario estaba fragmentado y eso para un novato en estas lides no fue una ayuda. Pero para mí fueron un mini-máster. Sabía que cada momento tenía una oportunidad única de aprender y así lo hice.
¿Qué hacías en el tiempo libre que te dejaban tus obligaciones deportivas?
En el poquísimo tiempo libre que tenía me gustaba pasear por el Barrio Gótico o acercarme a un cine que estaba por encima de la travesera de Les Corts, casi en Carlos III. Tenía salas pequeñas y proyectaban muchas películas en versión original, que eran una delicia.
¿Tuviste tiempo de recorrer algunos lugares de Catalunya?, ¿alguno que te agradase especialmente?
Desafortunadamente no. Los deportistas hacemos muchos kilómetros, pero los disfrutamos poco.

El Escubal Badajoz
En la motivación de la concesión de la Medalla de Extremadura en 1996, a Juancho se le define como un deportista intrépido, al que le gusta el riesgo y apostar fuerte por él mismo; prueba evidente de ello son sus declaraciones a la vuelta de Atlanta, donde consiguió la medalla de bronce con la selección nacional de balonmano, cuando afirmó haber abandonado el F.C. Barcelona por no querer convertirse en un funcionario del deporte.
Tras su salida del equipo catalán, su periplo profesional le llevó al Balonmano Valladolid (1996-1998), Ademar León (1998-2002) y Portland San Antonio de Pamplona (2002-2009).
Después de muchos años de estar en la élite del balonmano español, con recuerdos imborrables, regresas a Badajoz y coges las riendas del Escubal. Por segundo año consecutivo el equipo ha conseguido la permanencia en la categoría de plata, pese a los graves problemas económicos. ¿Qué es lo mejor de esta experiencia y qué es lo peor?
Lo peor, sin duda, es el dificilísimo marco económico en el que sobrevivimos; lo mejor que esta temporada hay 7 extremeños, más todo el cuerpo técnico, compitiendo en la División de Honor Plata del balonmano español.
¿Cómo ves el futuro?, ¿por qué es tan difícil enganchar al público de Badajoz, no sólo con el balonmano, sino con otros deportes, incluido el fútbol?
Tenemos el inconveniente de que en Badajoz la gente acostumbra a disfrutar de los cálidos inviernos en el campo o visitando a la familia en sus pueblos de origen. En el norte de Europa, la gente entra en el pabellón a las 10 de la mañana, juegan los peques, hacen un lunch, ven el partido de los mayores y se van a casa con 5-10 grados bajo cero. Nosotros vivimos en la calle y cuesta mucho cambiar esa tradición.
Profesionalmente hoy sigues teniendo vinculación con Catalunya, pues si no me equivoco colaboras con la empresa de medicina deportiva que dirige el que fuera capitán del Barcelona de balonmano, Joan Sagalés. ¿Es correcto?, ¿nos podrías explicar en qué consiste esa relación?
Afortunadamente soy delegado de ventas de Medcomtech, empresa afincada en la localidad barcelonesa de Viladecans, cuyo manager es Joan Sagalés. Vendemos material de traumatología (prótesis, placas, tornillos quirúrgicos, etc.). Tuve la fortuna de contactar con ellos cuando estaban cubriendo el resto de territorio nacional y no tenían a nadie en Extremadura.
Alguna reflexión ante las muestras de incomprensión que muchas veces presiden las relaciones entre Extremadura y Catalunya, sobre todo protagonizadas por los políticos. ¿No sería mejor profundizar en lo que nos une, que alentar las discrepancias que se producen?
Si nos metemos en política se oscurece todo. A los extremistas nacionalistas les resulta facilísimo darle caña a nuestra tierra, porque su demagogia la convierten en votos incultos automáticamente. Aquí nadie olvida la cantidad de paisanos que fueron acogidos allí en los años del hambre. No he oído a ningún extremeño criticar a Cataluña, porque nos ha dado de comer a muchos.
Está clarísimo que las chispas saltan por motivos totalmente malintencionados, de señores que no pueden aportar ideas válidas en estos momentos tan difíciles y solo ocupan titulares en los periódicos diciendo estupideces.
Y sí, sin ir más lejos, yo desayuno... una catalana con jamón, extremeño, eso sí.

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